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Unidad Control
de la Miopía

La Miopía es un defecto refractivo que causa visión borrosa al mirar objetos lejanos. Este defecto refractivo puede ir aumentando de forma progresiva, principalmente durante la etapa de crecimiento debido principalmente a un incremento de la longitud axial.

Las personas muy miopes corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades oculares como: desprendimientos de retina, atrofia coroidea, cataratas y glaucoma. Por este motivo es importante intentar ralentizar la progresión miópica. En edad infantil la miopía puede corregirse mediante: gafas y/o lentes de contacto convencionales, pero ambas no ralentizan su progresión.

Según la Evidencia Científica publicada al respecto, las técnicas actuales que permiten una mayor ralentización de la miopía son: tratamiento farmacológico mediante atropina y el uso de lentes de contacto (orto-k y diseños multifocales de borrosidad periférica).

Instituto de Ojos crea la Unidad de Contactología Infantil y Control de la Miopía, formada por un Equipo Multidisciplinar compuesto por:

– Oftalmólogo especialista en Oftalmología Pediátrica
– Oftalmólogo especialista en Córnea
– Optometrista especialista en Contactología

Esta Unidad de Contactología Infantil y Control de la Miopía tiene objetivos:

  • Corrección de cualquier defecto Refractivo (Miopía, Astigmatismo e Hipermetropía) en la Infancia.

  • Adaptación de Lentes de Contacto de uso diurno o nocturno en la Infancia por Contactólogos especializados.

  • Seguimiento de Tolerancia y Seguridad en el uso de Lentes de Contacto por parte de Médicos-Oftalmólogos especializados en Infantil y Córnea.

  • Control de la Progresión de la Miopía en la Infancia basado en los mayores niveles de Evidencia Científica.
    Screening, Diagnóstico y Tratamiento de otras Patologías concomitantes.

Tratamiento Control de la Miopía

Atropina Colirio

Un reciente meta-análisis  (estudio con el mayor grado de evidencia científica) (1), dirigido específicamente a investigar la eficacia comparativa de diferentes intervenciones para el control de la progresión de la miopía mostró que la Atropina en diferentes dosis: alta (1%, 0,5 %), moderada (0,1%) y baja (0,01%) mostraron efectos significativos en el control de la progresión miópica.

 

Varios de los ensayos clínicos utilizados en el meta-análisis (1) tenían una gran heterogeneidad entre los estudios, pero su eliminación solo introdujo efectos menos pronunciados de la mayoría de las intervenciones, sin un cambio significativo en los resultados, y no encontraron ninguna inconsistencia estadísticamente significativa. Esto implica que los resultados obtenidos son bastante confiables.

 

Estudios anteriores sugieren también que los tratamientos farmacológicos (especialmente la atropina) mostraron la mayor eficacia (2) en el control miópico.

El mecanismo de acción que causa la atropina para el control miópico no está todavía claro, estudios anteriores han sugerido que esto puede deberse a los efectos de la atropina en la acomodación del cristalino, mientras que estudios posteriores han demostrado que los efectos de la atropina en la miopía se producen a través de una vía no adaptativa en la retina o en la esclerótica (3,4).

Sin embargo, los efectos secundarios inevitables de dosis más altas de atropina (deslumbramiento, fotofobia, visión borrosa cercana…) y el fenómeno de efecto rebote después de suspender el tratamiento han restringido su uso clínico generalizado (5,6). Parece haber una sensibilidad diferencial dependiente de la dosis al impacto de la atropina en la progresión de la miopía, el tamaño de la pupila y la acomodación. La atropina en dosis bajas (0.01%) sigue siendo una de las intervenciones más efectivas identificadas y se ha encontrado que induce síntomas clínicos mínimos (7). Además, esta dosis más baja no muestra el mismo efecto de rebote que se ha visto en dosis más altas. Esto hace que la atropina 0,01% sea un tratamiento de elección en el uso para el control de la progresión de la miopía.

Alternativamente, a la atropina, se ha estudiado también el uso de pirenzepina, un agente antimuscarínico selectivo. La pirenzepina produce menos dilatación pupilar y menos parálisis acomodativa, pero los efectos son más moderados en el control de la miopía (8,9). De hecho, hay mucha menos evidencia científica con respecto a este fármaco; por lo tanto, se requieren ensayos adicionales con tamaños de muestra más grandes para confirmar su efecto.

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